A un año de iniciada esta obra por la Empresa Constructora Cobra... las satisfacciones son muchas.El viernes 20 de Agosto de 2020, los jaeneses asistimos a lo que en esa fecha denominamos a través de diversos medios como, el día más trascendente para esta ciudad. Atisbamos su magnitud, por lo que significaba, remover los escombros que ocultaron por 50 años un trabajo silencioso, casi anónimo y sin ningún reconocimiento, a uno de los más insignes Alcaldes que tuvo esta provincia, el Ingº Ricardo Neyra Montoya.
Un insigne ciudadano que puso la imaginaria idea del cambio de rostro de esta ciudad, transformando su apariencia aldeana por la que hoy ostenta. Cincuenta años parecería ser nada en el tiempo estancado, con gobernantes que no pudieron mantener el pie en el acelerador para continuar con la velocidad de los cambios que en la década del 60 se empezaron y al iniciarse la ejecución de esta gran, definitivamente esta ciudad empezó a recuperar el sitial que hace tiempo lo perdió.
Lo rescatable de esta obra es que no se hace con el dinero de los bolsillos del presidente regional, ni del alcalde provincial; es un aporte del gobierno japonés y no por iniciativa de los que hoy se colocan en medio, sino, porque, el Imperio del Sol Naciente, tiene sus virtudes de escondida generosidad y los casi cien millones de soles que se viene invirtiendo en esta obra, es dinero que se devolverá en 15 años con el canon minero, por lo tanto, su trascendencia aumenta en cuanto al dinero que nos llega
Sin embargo, los problemas de saneamiento básico no terminarán con esta obra inmensa, puesto que, aún hay quienes se acostumbraron a vivir como dirigentes de comités vendiendo aguas contaminadas. Hagamos un compromiso bajo juramento, de no descansar hasta que todos los pueblos grandes y pequeños beban agua potable y no tratadas, vamos a dar el primer paso, preparémonos para dar los pasos siguientes; pero mirando más allá de nuestros cerros y nuestro valles.
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